¡Únete a la familia de Simbiosis! Llena nuestro formulario y elige uno de nuestros 4 emocionantes proyectos. Desde justicia ambiental hasta empoderamiento femenino, promovemos un desarrollo sostenible en diversas áreas. ¡No te quedes fuera, cierra de inscripciones el 14 de julio de 2024!

¡Únete al equipo estratégico de Simbiosis como coordinador! Amplía tus conocimientos y atrévete a descubrir nuevas pasiones. Tenemos dos vacantes disponibles: una para Coordinador de Voluntariado y otra para Coordinador Creativo. ¡Llena el siguiente enlace para formar parte de nuestro equipo!

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Desde el 18 de junio hasta el 14 de julio estaremos difundiendo la convocatoria para los siguientes programas: Voz Violeta, MUYU, Guardianes por un futuro Verde y Jóvenes Andinxs. Estas iniciativas están diseñadas para jóvenes como tú que desean marcar la diferencia en el mundo.

Del 15 al 18 de julio llevaremos a cabo el proceso de selección de candidatos. ¡Prepárate para mostrar tu potencial y ser parte de esta experiencia única!

El 21 de julio será nuestro Seminario de Inducción, donde podrás conocer más sobre Simbiosis, resolver tus dudas y empezar esta emocionante aventura.

Si tienes alguna pregunta o inquietud, no dudes en escribirnos a informacion@simbiosislatam.org. ¡Estamos aquí para ayudarte!

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Noticias familia Simbiosis

Estamos aquí como tus aliados para guiarte en este proceso

Carlos San Juan, un médico jubilado de 78 años de Valencia, España, se cansó de ser tratado como si no entendiera nada solo por su edad. En 2022, decidió lanzar la campaña “Soy viejo, no idiota” y en tan solo cuatro semanas, ¡más de 100 mil personas firmaron su petición en change.org! ¿Su demanda? Que los bancos ofrezcan un trato más humano y dejen de depender tanto de la tecnología.

Carlos, con su protesta, resaltó un problema enorme: “Somos un colectivo con muy poca voz y nos enfrentamos a enormes dificultades porque la banca se ha informatizado excesivamente”. Su campaña tuvo tanto impacto que el Gobierno español tomó cartas en el asunto y se implementaron nuevas medidas en los bancos.

Entonces, ¿qué podemos aprender de Carlos? Que la innovación no se trata solo de crear algo nuevo y brillante, sino de asegurarse de que ese “algo” sea accesible y útil para todos. En Ecuador, aunque tenemos leyes y normas para proteger a nuestros adultos mayores, la aplicación práctica aun tiene un camino largo que recorrer.

Un estudio reciente de la RFD (Red de instituciones Financieras de Desarrollo) reveló que, tras la pandemia, la gente está volviendo a preferir los canales físicos sobre los electrónicos. Y esto es aún más notable entre mujeres, jóvenes y, por supuesto, nuestros adultos mayores.

Este caso nos muestra que la verdadera innovación debe ser inclusiva y sostenible. No podemos seguir creando tecnología sin pensar en todas las personas que la usarán. Es fundamental escuchar a nuestros stakeholders y entender sus necesidades y expectativas.

Adoptar una metodología ágil en nuestros proyectos permite ajustar, mejorar y perfeccionar continuamente, asegurando que nadie quede atrás. En lugar de simplemente innovar por innovar, debemos enfocarnos en innovar para incluir.

Así que, si queremos ser verdaderamente innovadores ¡es hora de escuchar más y suponer menos! Solo así lograremos que la tecnología sea una herramienta de inclusión y no de exclusión.

Hace unas semanas, terminé uno de los libros más enriquecedores que he leído: una biografía y análisis cronológico de las obras de la filósofa Hannah Arendt. Para muchos, un esencial en el mundo de la filosofía; para mí, una oportunidad de adentrarme en nuevos conceptos y perspectivas. Entre ellos, hubo uno que me llamó especialmente la atención: el concepto de la «banalidad del mal», desarrollado por Arendt.

Este término surgió a partir de su libro «Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal» (1963), donde Arendt relata su observación del juicio de Adolf Eichmann, un alto oficial nazi y uno de los principales organizadores del Holocausto. Arendt describe cómo Eichmann, lejos de ser un monstruo demoníaco, era una persona corriente que cumplía con su deber de manera burocrática y sin cuestionar la moralidad de sus actos. Argumenta que el mal puede surgir de la falta de pensamiento crítico y moral, y que personas comunes pueden cometer atrocidades cuando aceptan ciegamente órdenes y normas sin cuestionarlas.

En la actualidad, la sostenibilidad está ganando más terreno en los departamentos corporativos. Sin embargo, este auge también ha traído consigo un uso incorrecto y una moralidad cuestionable cuando se aparenta lo que no es. Muchas acciones parecen contundentes, pero carecen de sustancia y trascendencia. Para quienes estamos comprometidos con la sostenibilidad, es evidente la inconsistencia entre lo que se dice y lo que se hace. Este error puede evitarse cuando las acciones se basan en reflexiones y cuestionamientos profundos. Muchas empresas han caído en el error de copiar o implementar estrategias que no se ajustan a su realidad y su verdadero impacto. Más allá de una foto o un post en redes sociales, la sostenibilidad radica en lo perdurable y lo correcto, trazando con transparencia, innovación y coherencia sus acciones.

En esta nueva era, ¿estamos viendo una banalidad de la sostenibilidad, centrada solo en la imagen corporativa o en la obtención de premios y reconocimientos sin transparencia, guiada por intereses particulares? Creo que toda acción sin reflexión o cuestionamiento radica en un mal que, a corto o largo plazo, puede resultar perjudicial. Sin embargo, no todo está perdido. La superficialidad en la sostenibilidad no es rentable; es más, resulta como esas pirámides de cartas que pueden caer con una ráfaga de viento. Muchas empresas centran sus compromisos y acciones en ejes de transparencia, innovación y coherencia, precisamente para perdurar y ser sostenibles a lo largo del tiempo.

La implementación superficial de la RSC, sin un compromiso real y una reflexión crítica, puede ser contraproducente. En la globalización actual y con el acceso a la información, todo es cuestionable y visto desde diversos puntos de vista. Los consumidores están más informados y conscientes, y en muchos casos son quienes pueden generar las críticas más contundentes.

Por esta razón, es fundamental contar no solo con un técnico en sostenibilidad, sino también con un equipo de expertos que puedan guiarte hacia una reflexión coherente, basada en la necesidad y capacidad específica de tu empresa o negocio para generar estrategias de sostenibilidad perdurables y verdaderamente sostenibles. Este equipo multidisciplinario puede proporcionar una visión integral y estratégica, considerando no solo los aspectos técnicos, sino también los económicos, sociales y éticos. Con esta combinación de conocimientos y enfoques, podrás tomar decisiones informadas y conscientes que contribuyan a un futuro más sostenible para tu organización y para el mundo en general

En el panorama empresarial contemporáneo, la adopción de prácticas de Gobernanza dentro del marco ESG (ambiental, social y de gobernanza) es crucial para las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Este componente de gobernanza se enfoca en aspectos fundamentales como la transparencia, la ética y la estructura organizacional, incidiendo directamente en la integridad de la gestión, las prácticas de negocio éticas, la estructura de la junta directiva y los derechos de los accionistas.

La implementación de un sólido estándar de gobernanza promueve una administración más eficaz y reduce los conflictos internos, fortaleciendo la relación de confianza con inversores, clientes y empleados. A continuación, se exploran los beneficios y retos específicos que esto representa para las PYMES:

  • Estructuración y Claridad Organizacional: Las PYMES a menudo funcionan con estructuras menos formalizadas. Un marco de gobernanza bien definido clarifica roles y responsabilidades, optimizando la gestión y mitigando disputas internas.
  • Transparencia y Comunicación: Elevar los estándares de transparencia mejora la confianza de los stakeholders. Esto no solo facilita el acceso a nuevas fuentes de financiamiento, sino que también cimienta relaciones comerciales basadas en la confianza mutua.
  • Prácticas Éticas y Cumplimiento: Implementar un código de conducta ético y políticas claras de cumplimiento minimiza los riesgos legales y de reputación, asegurando que la empresa opere dentro de los marcos legales y éticos apropiados.
  • Control y Auditoría Interna: Establecer sistemas de control y auditoría interna robustos es vital para identificar problemas a tiempo y asegurar la eficiencia operativa y el cumplimiento normativo.

Adoptar y adaptar los estándares de gobernanza ESG no solo mejora la operación interna de las PYMES, sino que también las posiciona como entidades responsables y sostenibles ante la comunidad global. En un mercado donde los consumidores y socios valoran cada vez más la sostenibilidad y la ética corporativa, las PYMES que integren estas prácticas no solo estarán contribuyendo a un mundo más sostenible, sino que también experimentarán un impacto positivo en su viabilidad y éxito a largo plazo.

La relación entre empresas y Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) ha evolucionado de manera fascinante, desde los fundamentos iniciales de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en la década de 1950 hasta la sinergia actual que presenciamos. Esta relación compleja, pero mutuamente beneficiosa, se ha convertido en un pilar fundamental para la gestión de prácticas socialmente responsables.

Las OSC, abrazando la diversidad de causas sociales y ambientales, son entidades comprometidas con la asistencia comunitaria. Desde organizaciones locales hasta ONG de alcance internacional, su presencia abarca un espectro amplio y su papel en la RSC es cada vez más vital.

La evolución de esta relación ha trascendido la filantropía para convertirse en una herramienta de gestión clave en prácticas de responsabilidad social. Aunque algunas excepciones persisten, especialmente en sectores donde la sostenibilidad se ve más como un componente de imagen corporativa que como una práctica integral.

El crecimiento de esta sinergia se debe, en gran medida, al contacto directo con los stakeholders, tanto internos como externos. Este contacto directo se convierte en un elemento crucial para la formulación de estrategias de sostenibilidad. Algunas OSC participan activamente en este ecosistema, lo que les proporciona un conocimiento directo de las problemáticas.

Cada interacción entre empresas y stakeholders genera un impacto, ya sea positivo o negativo, manifestándose en externalidades y oportunidades que deben abordarse proactivamente. Colaborar con una OSC conlleva beneficios diversos, destacando la reciprocidad, la construcción de intangibles y la generación de valor compartido. Además, estas colaboraciones contribuyen a construir alianzas sectoriales de alto impacto, ya que muchas OSC son altamente especializadas.

En conjunto, la transformación de la relación entre empresas y OSC en el ámbito de la RSC no solo refleja un compromiso ético, sino también la capacidad de generar impactos positivos a gran escala, creando un camino hacia un futuro más sostenible y socialmente responsable.

En este contexto simbiosis.la con 3 años y medio, ha estado inmerso en proyectos sociales y ambientales por todo Ecuador, contando con la colaboración entusiasta de más de 50 voluntarios que se han sumado a esta causa en más de 10 provincias del país. ¡Y ahora estamos emocionados de compartir una emocionante novedad contigo!

Nos expandimos y damos la bienvenida a Corporación Simbiosis, que ahora ofrece servicios de estrategias de sostenibilidad en el mundo empresarial. Queremos ir más allá y crear un auténtico enfoque de sostenibilidad, no solo hablando de soluciones, ¡sino creándolas juntos! Esta nueva etapa no solo representa un crecimiento para nosotros, sino también una oportunidad para que las empresas abracen un camino más sostenible.

#RSE #ResponsabilidadSocialEmpresarial #Corporativo #OSC

En un contexto global marcado por la crisis climática y las desigualdades, los jóvenes emergen como actores clave en el desarrollo sostenible. Su capacidad para impulsar el cambio, por su visión fresca y compromiso con la responsabilidad social, los posiciona como agentes fundamentales en la transformación de las prácticas empresariales hacia un modelo sostenible y equitativo.

A medida que las organizaciones buscan adaptarse a un entorno empresarial cada vez más consciente del impacto ambiental y social, los jóvenes profesionales desempeñan un papel fundamental al abogar por prácticas de responsabilidad social corporativa (RSC). Los jóvenes aportan una perspectiva única en las empresas, marcada por una mayor sensibilidad hacia las preocupaciones ambientales y sociales. Su capacidad para cuestionar el status quo y proponer soluciones innovadoras puede estimular un cambio significativo en la cultura organizacional. Además, su dominio de las nuevas tecnologías y su comprensión de las tendencias emergentes los convierten en aliados valiosos y eficientes.

Esta colaboración puede manifestarse a través de diversas iniciativas: desde la participación en programas de voluntariado corporativo centrados en proyectos de sostenibilidad hasta la integración de criterios ambientales, sociales y de gobernanza en las estrategias empresariales. Existen múltiples oportunidades para unir fuerzas en pro del desarrollo sostenible, que además permitirá a las empresas ingresar a nuevos mercados dinámicos y exigentes.

Por ende, es fundamental reconocer el potencial transformador de los jóvenes profesionales e impulsen su participación activa en la toma de decisiones y en la formulación de políticas empresariales. La inclusión de perspectivas diversas y la promoción de un diálogo abierto y colaborativo son elementos esenciales para impulsar la innovación y el progreso hacia un modelo de negocio más sostenible y equitativo.

En otras palabras, la colaboración entre los jóvenes y las empresas representa una oportunidad para avanzar hacia un mañana verde y de buen vivir. Pues a través de su compromiso, creatividad y visión de futuro, los jóvenes marcan un papel esencial en la construcción de un mundo donde la prosperidad económica esté en armonía con la protección del medio ambiente y la promoción del bienestar social.

En la Prehistoria, mientras los hombres cazaban, las mujeres recolectaban alimentos y descubrían cómo crecían las plantas. En la Edad Media, las mujeres trabajaban en la agricultura, pero con salarios bajos y también debían ocuparse de las tareas del hogar y cuidar a la familia. En la Edad Moderna, se promulgaron leyes que restringieron aún más las oportunidades de las mujeres, pero seguían siendo esenciales en la agricultura.

En el siglo XX, debido a las guerras mundiales, las mujeres se unieron masivamente al trabajo. A lo largo del tiempo, han demostrado su capacidad para tomar decisiones y priorizar basándose en sus experiencias. Las mujeres contribuyen significativamente al ingreso familiar, asegurando la salud, educación y bienestar de todos. Aunque participan activamente en la toma de decisiones, las mujeres rurales y campesinas aún enfrentan desigualdades que limitan el reconocimiento de su trabajo.

En este contexto, se destaca el papel crucial de las mujeres en todas las áreas, aunque la desigualdad de género en el sector rural es más evidente. Esto se debe a las costumbres arraigadas desde generaciones pasadas y a las barreras sociales que asignan a las mujeres roles principalmente maternales y domésticos, limitándolas a ser reconocidas solo como apoyo a sus parejas en el trabajo agrícola.

Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la economía rural, especialmente en países en desarrollo, representando casi la mitad de los agricultores a nivel mundial. En las últimas décadas, su participación en la agricultura ha crecido significativamente. Además, el número de hogares liderados por mujeres ha aumentado a medida que más hombres emigran a las ciudades (Banco Mundial, 2017).

A pesar de ello, las mujeres han incrementado su productividad en actividades tradicionales como la agricultura. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe del año 2017, el 61.3% de las mujeres rurales en Ecuador se dedican a actividades agrícolas. Le siguen un 15.2% involucradas en el comercio y un 8.1% en actividades manufactureras.

En este contexto, las mujeres juegan un papel esencial en el desarrollo rural, aportando de manera estratégica a la economía local. Su influencia se extiende más allá de las unidades agrícolas familiares, abarcando la producción de bienes agrícolas, la preservación de la agrobiodiversidad y la crianza de animales menores y aves de corral. Además, contribuyen a diversos procesos productivos, no limitándose al trabajo doméstico no remunerado y al cuidado. Su participación se traduce en la promoción de la erradicación de la pobreza, la confrontación al cambio climático, la garantía de la educación y alimentación familiar, así como el fortalecimiento del tejido social.

En el ámbito de la innovación, las mujeres han revolucionado la agricultura convencional mediante la adopción de técnicas respetuosas con el medio ambiente. Entre estas prácticas se incluyen el uso de abonos orgánicos, la implementación de huertos rurales, la rotación de cultivos y la gestión eficiente del agua. Este cambio implica abandonar la agricultura convencional, que utiliza agroquímicos como insecticidas, pesticidas, herbicidas, fungicidas y fertilizantes químicos, así como semillas modificadas para aumentar el rendimiento, elementos que pueden tener impactos adversos en la salud humana y el medio ambiente.

Las mujeres son protagonistas del cambio en las áreas rurales, no solo alimentando, sino también liderando nuevas formas de cuidar la tierra. Es esencial reconocer y valorar su contribución única. Son las guardianas de la biodiversidad y las impulsoras de prácticas agrícolas más sostenibles.

Queremos destacar y celebrar a estas mujeres, como parte vital de una economía verde. Son aliadas del planeta, mostrándonos el camino hacia un futuro más sostenible.

En Corporación Simbiosis, comprendemos el potencial de estas mujeres. Contamos con expertos comprometidos, listos para abordar los desafíos de manera integral. Te invitamos a contactar con nosotros para construir juntos un mundo más sostenible. Es momento de potenciar el papel de las mujeres en el desarrollo rural para un futuro más inclusivo y justo.

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